20/10/09

Drama silenciado: Guerra Civil y trata de blancas


La trama de También mueren ángeles en primavera comienza el 20 de abril de 1937, el día en el que se vieron volar sobre Barcelona las primeras golondrinas del año. Sólo dos días después, el 22, acabó el rodaje de Barrios bajos, un largometraje producido por SIE Films –Sindicato de la Industria del Espectáculo–, dirigido por Pedro Puche y protagonizado por José Telmo y Rosita de Cabo, dos populares estrellas de la época.


La película no fue un éxito de taquilla pero tuvo la valentía de llevar a la pantalla un drama generalmente silenciado: la trata de blancas. Las escenas que sacudieron al público eran más duras por lo que sugerían que por lo que mostraban: al final de la historia, dos coches con muchachas –apenas unas adolescentes– se detenían junto a un barco en el puerto de Barcelona. Tras comprobar el estado de “la mercancía”, las embarcaban rumbo a América del Sur, donde serían explotadas como prostitutas.

En la vida real, las jóvenes atrapadas en esas redes solían acabar en Buenos Aires. Allí eran subastadas como ganado y vendidas a proxenetas de todo el continente. Las más bellas trabajarían en los burdeles de lujo de las grandes ciudades y las menos atractivas en lupanares inmundos de remotas zonas mineras, o en la selva.

En Rumania, Hungría, Polonia... chicas guapas, pobres y con familias a su cargo, eran engañadas por presuntos buscadores de talentos, que les ofrecían contratos como bailarinas o cantantes en Inglaterra y América, o por falsas empresas de colocación que les garantizaban trabajo en la hostelería y el servicio doméstico en países más prósperos.

¿Os suena? Han pasado 80 años y esos canallas siguen usando los mismos trucos.


Barcelona ocupaba un lugar destacado en las rutas de la trata de blancas. En Nadie debería matar en otoño, por ejemplo, hago referencia a un antiguo caso que resolvió Ferrer y que se basa en hechos reales. Varias de aquellas redes usaban el puerto de la Ciudad Condal como escala principal. Aquí, las muchachas eran obligadas a trabajar en películas pornográficas que se vendían luego en Alemania y los países escandinavos. Las que hablaban francés, trabajaban además en el burdel de madame Albina antes de embarcar hacia América. Incluyo, arriba, un recorte de junio de 1936 sobre la detención de dos individuos de una red hispano-argentina.

Cuando estalló la Guerra Civil, miles de jóvenes perdieron su empleo y se vieron abocadas a la prostitución para subsistir; otras, buscaban desesperadamente escapar del país en llamas. Aquel era terreno abonado para los tratantes de seres humanos, como vemos en otro recorte, de septiembre de 1936. Con las ya conocidas promesas de trabajo en Inglaterra o Estados Unidos, esas muchachas cayeron en manos de redes que las llevaban hacia Argentina y México, dos grandes mercados ávidos de carne fresca.

El problema debió ser de tal envergadura, que el cónsul británico en Barcelona –noticia siguiente– convocó a los periodistas el 16 de junio de 1937 para “llamar la atención sobre una presunta recluta de sirvientas para Inglaterra”; dio el aviso, “a fin de evitar posibles engaños”. Ya sabemos cuales.

Por desgracia, este es uno de los temas menos estudiados de un conflicto que, en otras cuestiones menos graves, ha sido analizado hasta el más mínimo detalle. Nadie ha contado aún el número de víctimas de aquel repugnante tráfico.

Acabo esta entrada con un pequeño documental argentino sobre la red de trata de blancas más importante del primer tercio del siglo XX, la Zwi Migdal. Estaba formada por proxenetas judíos argentinos, procedentes del Este de Europa, que no dudaron en esclavizar a jóvenes de los guetos judíos de sus países de origen. Mezclaban falsas ofertas de trabajo con matrimonios amañados, nada que hoy pueda sorprendernos.

3 comentarios:

HLO dijo...

Es muy interesante lo que cuentas; lo de la organización de judíos argentinos es alucinante, parece ya una ficción.

sebas dijo...

El titulo de la pelicula es sugerente.Hay barrios bajos por que existen los barrios altos?
Los barrios de clase media estan para mantener la distancia entre los otros dos.Tambien eran captadas mujeres de las clases altas, creo que el detective Ferrer tuvo un caso de estos

Cayetano dijo...

Muy interesante tu entrada y muy documentada.
Está visto que el tema de los proxenetas viene de antiguo. Nada hay nuevo bajo el sol.
Un saludo.

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