27/7/09

Los personajes (II) El hombre que pudo parar la guerra



Fijaos bien en la fotografía.

La tomaron el 20 de septiembre de 1936 en el Salón del Trono de la Capitanía General de Barcelona; hacía dos meses que había estallado la Guerra Civil. 

El primer personaje por la izquierda se llamaba Marcelo de Argila y era el director de los Servicios de Información de la Generalitat catalana, la agencia de contraespionaje más eficiente del bando republicano al inicio del conflicto.

Era un tipo alto, rubio y de ojos azules –la gomina y el material fotográfico de la época oscurecían el cabello–. Había nacido en Egipto, en 1905, de padre catalán y madre italiana. Masón y políglota... pero dejémoslo aquí. En otra entrada os explico los datos fundamentales de la vida de este hombre inteligente y cosmopolita. Vale la pena.

Volvamos a la foto de Capitanía.

Marcelo de Argila sostenía en su mano derecha el acuerdo que acababan de firmar los nacionalistas marroquíes y el Comité Central de Milicias Antifascistas, un organismo controlado por los anarquistas que ejerció el poder en Catalunya durante el verano y el otoño de 36. 

Según el acuerdo, los marroquíes se sublevarían en el protectorado español en el norte de África, en la retaguardia del ejército de Franco, a cambio de la independencia. Con un poco de suerte, la guerra se acabaría.

Este arriesgado plan fue diseñado por Juan García Oliver, líder anarquista y futuro ministro de Justicia. La primera fase de la negociación se desarrolló en Ginebra. La delegación del Comité de Milicias estaba encabezada por Marcelo de Argila, que contaba con el apoyo de un viejo amigo personal, el emir Chekib Arslan, poeta y político druso libanés de gran influencia en el mundo árabe. 

De Argila se entrevistó con miembros destacados del nacionalismo marroquí a los que convenció para que viajaran a Barcelona para cerrar el acuerdo. Son los dos hombres que aparecen a su lado en la foto, Mohamed el-Ouazzani y Mohamed el-Yazidi.

El pacto fue enviado a Madrid para su ratificación y acabó en el olvido. Por un lado, el gobierno español no estaba dispuesto a conceder autoridad alguna al Comité de Milicias; por otro, París presionó lo indecible contra el acuerdo, por temor a un contagio del movimiento independentista hacia el protectorado francés en Marruecos. 

Tras aquel fracaso, Juan García Oliver exclamó en una conversación con el presidente catalán Lluis Companys: “¡ahora sí que hemos perdido la guerra!”.

3 comentarios:

dani dijo...

Estimado José Luis:
¿Podría decirme cuál es la fuente orginal de la foto? Ouazzani habla de ella en sus memorias, sin embargo él no atribuye la iniciativa de las negociaciones a García Oliver 8al que no nombra) sino a Robert-Jean Longuet y Pierre Rousset, socialista y anarquista franceses (respectivamente) que se entrevistaron con él en Fez. Quien le acompaña en Barcelona según sus memorias es Omar Abdeljalil. También dice que en Barcelona les asignaron unas oficinas contiguas a las de Argila "en un palacio requisado". En cualquier caso, le agradecería que me dijera dónde se conserva el original de la fotografía. Un saludo. daniel Gil

José Luis Ibáñez Ridao dijo...

Estimado Daniel, gracias por su nota:
Cuando conseguí esa foto no pensaba en seguir investigando sobre el tema, simplemente me documentaba para mi novela. Parte de lo que explico me lo contó el hermano de Argila. En cuanto a la foto, debo revisar mis libretas de notas. La encontré en un libro generalista de en 2008, por lo que no lo recuerdo de memoria. Me pongo en ello.
Un saludo muy cordial
JL

Unknown dijo...

Es cierta la observación de Daniel referente a la segunda persona del comité nacionalista marroquí en la foto, que es Omar Ben Abdeljalil y no El Yazidi. una copia del acuerdo que alcanzaron las dos partes-los nacionalistas marroquíes y el Comité Central de Milicias Antifascistas-para organizar una sublevación de los cabileños contra los militares franquistas en la zona del protectorado a cambio del reconocimiento de la independencia de dicha zona, le he consultado en el Archivo de la Guerra civil en Salamanca. En sus memorias, El Wazzani que ha tomado un papel relevante en estos sucesos, relata la relación de amistad que unía Argila con los nacionalistas marroquíes y con su mentor el Emir Arsalan en Ginebra, y que fue el quien le introdujo en la masoneria en Barcelona para aprovechar su red de influencia en las altas esferas del poder.
un saludo.

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